En los próximos años, uno de los grandes retos del sector de la construcción en todos los países europeos será cumplir los objetivos que la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2010/31/EC) señalaba para la implantación en 2020 de los llamados edificios de consumo de energía casi nulo, llamados nZEB (Nearly Zero Energy Buildings).

Así la Directiva, establece entre otros puntos:

-Tener en cuenta las condiciones climáticas del entorno del edificio para aprovechar el mismo de forma eficiente y sostenible.
-La necesidad de instaurar acciones concretas en edificios que aún no ahorran energía.
-Alcanzar un equilibrio entre las inversiones realizadas y los costes ahorrados a lo largo del ciclo de vida del edificio.
-Utilizar instrumentos de ensayo y cálculo desarrollados con arreglo a las medidas de aplicación de la Directiva.
-Desarrollar un método comparativo para calcular niveles óptimos de rentabilidad con respecto a los requisitos mínimos de eficiencia energética establecidos.

La aplicación de esta directiva en el sector inmobiliario es de gran trascendencia porque transformarán muchos de los procedimientos de diseño, construcción y gestión de los edificios hacia una mayor eficiencia energética en los edificios y las ciudades.

Estos cambios implicarán a todos los agentes que forman parte del proceso de construcción (arquitectos, promotoras, constructoras, fabricantes de materiales, sistemas y equipos) que tendrán que adaptarse para cumplir las exigencias normativas que se prevén según el calendario marcado por las Directivas Europeas.

Todos los edificios de nueva planta deben ser nZEB el 31/12/2018. Si bien, para el 31/12/2020, todos los edificios deben ser nZEB, tanto los de nueva planta como los existentes, a través de la implementación de obras de rehabilitación o de otra índole que requieran.

El nuevo edificio del 2020, deberá tener una eficiencia energética muy elevada, dotar de mayor confort a los usuarios, y reducir a casi Cero las emisiones de CO2, estrategia principal de la UE, para luchar contra el cambio climático.

La transición hacia un parque de edificios de consumo casi nulo depende en gran medida de la consideración de los aspectos pasivos y de diseño tanto en los edificios nuevos como en los existentes.

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