El secretario de Estado de Sociedad de la Información y Agenda Digital (SESIAD), José María Lassalle, ha advertido este martes en Santander que sin regulación jurídica en la transformación digital de los núcleos urbanos «construiremos una nueva distopía, y la distopía digital puede ser el peor de los totalitarismos». Así, ha asegurado que el siglo XXI debe ser «ético» porque de lo contrario «será insostenible», ya que, en su opinión, las «herramientas digitales requieren ética». «Los tecnólogos son necesarios, pero más los humanistas, filósofos, poetas y también, evidentemente, la presencia de los juristas. Sin regulación no será posible la transformación digital», ha manifestado. Y ha asegurado que «sólo seremos capaces» de lograr la «reconciliación» entre las ciudades y las personas si se usan las herramientas tecnológicas «de una manera adecuada», lo que para él es «sinónimo de humana». Tal y como ha valorado, la disrupción digital «tiene que ser ética y social» en los aspectos teóricos y prácticos. Lassalle se ha pronunciado de esta manera en su intervención en el ‘IV Encuentro sobre sostenibilidad de ciudades’, que se celebra hasta este miércoles en los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y que este año trata asuntos como la gestión de los servicios ambientales y su impacto en la resiliencia de las ciudades, infraestructuras y la gestión de los servicios de agua, saneamiento y residuos sólidos.

En su conferencia, que ha tratado sobre la agenda digital como una herramienta en la Nueva Agenda Urbana, Lassalle ha abogado por la «dirigir la genialidad tecnológica hacia la reconciliación» con los núcleos urbanos y el fomento del «consumo inteligente de todos los recursos escasos para una humanidad con deseos exponencialmente crecientes» A su juicio, esta es «la última oportunidad contra los excesos» de la era analógica. Es decir, ha mostrado su deseo de que con la gestión inteligente, por ejemplo, de los recursos hídricos, «estemos comenzando a dar la batalla contra la injusticia y la falta de equidad» que, tal y como ha señalado, se ha arrastrado «posiblemente» desde el Neolítico hasta la actualidad.

«SE HAN OLVIDADO LOS DAÑOS» DEL CONSUMO DE LOS RECURSOS Del mismo modo, se ha referido a las consecuencias del proceso de urbanización, como los atascos, la contaminación o la «depauperación masiva» o empobrecimiento de los barrios, al tiempo que ha alertado de que en este proceso «se han olvidado los daños a largo plazo» que se producen por el consumo de los recursos. Frente a esta situación, el secretario de Estado ha opinado que en la actual etapa posindustrial o tecnológica de las ciudades «hay elementos para revertir» la situación, de tal manera que, en su opinión, el hombre «tiene la capacidad de reencontrarse» con los núcleos urbanos, de hacerlos «más próximos» tras la época de «hostilidad» que se ha producido desde la década de 1970. Lassalle también ha apostado por las ventajas que ofrece el ‘big data’ en materias como la gestión de los recursos hídricos y en variantes como la «maximización de la calidad» del agua o la «eficiencia» en su gestión en sectores como el industrial y el agrícola, la detección temprana de fugas o la prevención de catástrofes. «En todos estos casos, las tecnologías pueden ser herramientas muy útiles para conseguir ahorros en servicios públicos», ha dicho, refiriéndose, por ejemplo, al agua. Sobre este recurso natural, ha alertado de que es un «bien escaso que plantea una brecha profunda entre países ricos y pobres». Así, la ha definido como una «brecha de desigualdad e injusticia», al tiempo que ha reclamado que no se debe «abandonar el progreso tecnológico a impulsos irracionales o que compulsivamente nos trasladen a retos de naturaleza irracional».

ESTRATEGIA DE TERRITORIOS INTELIGENTES Lassalle también ha recordado que el Gobierno de España pondrá en marcha antes de finales de este año la Estrategia de Territorios Inteligentes -como continuación del Plan Nacional de Ciudades Inteligentes-, que se ejecutará en el periodo 2017-2019 con el objetivo de conseguir una «España Inteligente» o «Smart Spain» y que «difumine las brechas analógicas» con «tolerancia y eficiencia». Sobre esta Estrategia, anunciada el pasado mes de junio, ha recordado que ha habido tres convocatorias para la presentación de proyectos y ha incidido en que «ha llegado la hora de ser más ambiciosos» porque los procesos y consecuencias de la «aglomeración urbana» tienen un «reverso que no se puede obviar», el de los «debilitados entornos rurales» que circundan los espacios urbanos. «También aquí debe llegar la revolución digital», ha reivindicado Lassalle, que ha explicado los cuatro pilares en los que se basará esta estrategia, con modelos que podrán ser «exportables» a nivel nacional e internacional. En concreto, son la interoperabilidad de las ciudades inteligentes, los destinos turísticos inteligentes, las comunidades rurales inteligentes y los servicios públicos 4.0. De esta forma, ha indicado que estos cuatro pilares o prototipos se presentarán «próximamente» y que el objetivo es crear un modelo estatal que consiga una «inteligencia tecnológica sostenible», creando «puentes y comunidades digitales» sin «hostilidad» y mediante «vasos comunicantes» con el resto del territorio no urbano. «La reconciliación con nuestros espacios debe ser troncal», ha zanjado. Finalmente, ha recordado que en la web Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, a la que pertenece su secretaría de Estado, está abierta la consulta pública de la Estrategia, por lo que ha animado a plantear propuestas «para crear espacios urbanos sostenibles».

Fuente: 20 minutos